martes, 23 de junio de 2009

Andorra (Andorra - Sierra de Arcos)

Las dos Andorras
Por si no lo sabíais, el originario poblado de la actual Andorra de Teruel se encontraba en el Regallico de San Julián, y se llamaba Las Masadicas Royas. San Julián era el patrón del pueblo.
Era cosa habitual en aquel entonces que bajasen al té
rmino los pastores transhumantes andorranos con sus ganados.
Sucedió que uno de estos pastores solía alojarse en una casa en la que tenían un hijo herniado. El pastor comentó a los padres del chico que en su tierra eran muy devotos de San Macario, abogado precisamente de los herniados, y que el santo podría sanarle.
Así pues, la vez siguiente que el pastor fue a Andorra se bajó una imagen de San Macario y la dejó en la casa del niño herniado. Y he aquí que al poco el chico se curó.
Después del milagro, se erigió una ermita a San Macario, a la que acudían por su fama muchas gentes.
Poco a poco, se fue dejando de lado a San Julián y las gentes se juntaron con San Macario, hasta el punto de que la población pasó a llamarse San Macario de Andorra.

Fue cuestión de tiempo que, de ahí, pasase a llamarse sólo Andorra.

viernes, 12 de junio de 2009

Bordón (Maestrazgo)

La Luna que da las horas
Que el Maestrazgo fue en tiempos tierra templaria es bien sabido por todos. Y cómo funciona un reloj de sol, pues más todavía.
Ahora mezclemos las dos cosas.

Los caballeros templarios seguían la Regla de San Benito que, entre otras cosas, imponía unas horas de rezo llamadas Horas Canónicas. Estas horas, a su vez, se dividían en Horas menores y Horas mayores. Las primeras eran: la Prima (cuando salía el sol, a las 6 de la mañana aproximadamente), la Tercia (tercera después de salir el sol, a eso de las 9), la Sexta (a las 12 de la mañana), Nona (a las 3 de la tarde) y Vísperas (a eso de las 6 de la tarde, cuando ya se iba a poner el sol).
En los siglos VI y siguientes, las horas de estos rezos las solía dar (más o menos) un reloj de sol (llamado también Reloj de misa, y que solía estar en alguna fachada del monasterio orientada al sur), y en estas horas no era obligatorio acudir a la iglesia, sino que los monjes se ponían a rezar inmediatamente donde les pillara.
Así pues, para estos rezos no había problema pues el reloj de sol les daba la hora. Ahora bien, ¿qué pasaba con las Horas mayores?. Es decir, los Maitines (a medianoche), los Laudes (a las 3 de la madrugada) y las Completas (a las 9 de la noche), y que además era preceptivo que toda la comunidad se reuniera en la iglesia.
Una de las soluciones la podemos ver en la Iglesia Parroquial de Bordón, antiguo Santuario templario de Nuestra Señora de la Carrasca, donde se halla un curioso Reloj de Luna bellamente decorado. Su funcionamiento es, básicamente, como el del Reloj de sol, pero en este caso son los rayos de la luna los que hacen proyectar la sombra. De esta forma sabían, por la noche, la hora que era. En muy muy pocos sitios podréis contemplar algo parecido a la vez que curioso.
El bonito pueblo de Bordón debe su nombre al río que lo atraviesa, y que es afluente del Guadalope. Si tenéis suerte cuando vayáis a visitarlo, y en la iglesia abierta está la señora que cuida de ella, dejad que durante un buen rato os explique el significado de la muy interesante decoración, que os hable de los templarios, y que os cuente alguna leyenda.
Merece la pena sumergirse en su pozo de sabiduría y retroceder, aunque sea por poco tiempo, al pasado medieval de la localidad. Desde aquí mi agradecimiento por esos momentos mágicos que nos hizo pasar.












Nota: Abstenerse comentarios tipo "¿Y cuando estaba nublado?".

Nota 2: La división de las horas las he sacado mezclando la información de unas cuantas webs "fiables", ya que ni entre los curas se ponían muy de acuerdo en las divisiones de las horas canónigas ni en el horario de las mismas. Pero para el contenido de la historia, es algo que no tiene relevancia.

jueves, 11 de junio de 2009

Oliete (Andorra - Sierra de Arcos)

Tierra íbera
Oliete está situado en la Sierra de los Moros, en el Sistema Ibérico, junto al río Martín. Aunque su casco urbano es interesante, sobre todo por los tres arcos que lo delimitan, en esta ocasión vamos a hablar (perdón, "escribir") de lo que hay en sus afueras.
En efecto, si salimos de Oliete en dirección a Ariño (la carretera la arreglaron hace poco, y está muy bien), a unos 5 min. en coche encontraremos un desvío a mano izquierda que nos llevará a los yacimientos íberos de San Pedro y El Palomar (también nos lleva a la sima de San Pedro, pero de ella nos encargaremos en otro momento). Aunque podemos llegar en coche a ambos yacimientos, como la pista no está muy allá sugiero dejar el coche abajo, nada más pasar el río, y dar un paseo (que no sea un día de mucho sol, pues no hay ninguna sombra ni agua por ahí).
La pe
culiaridad de Oliete con respecto a los íberos reside en que conjuga en sus dos yacimientos las tipologías de estos poblados del siglo III a.C. Por un lado, San Pedro, con su estructura militar fortificada y, por otro, El Palomar, poblado "llano" que se dedicaba, sobre todo, a la agricultura y la ganadería. Merece la pena pasearse por ellos, asomarse por el acantilado a ver la verde ribera del río Martín, y encontrarse por un momento en una historia que se remonta a hace más de 2.300 años.
Nuestra visita cultural se debería completar con una visita al Centro de Interpretación que hay en el propio pueblo de Oliete, y que se centra en las actividades económicas íberas.

El modo de vida íbero se presenta en todos los Centros de la ruta Iberos en el Bajo Aragón, entre otros soportes, a través de audiovisuales didácticos que ha realizado expresamente para la ruta la empresa Attis-multimedia. Podéis obtener más información de esta ruta en su página web: http://www.iberosenaragon.net.

Para otras ocasiones dejamos otros pueblos y otros yacimientos...

miércoles, 10 de junio de 2009

Valdeconejos (Cuencas Mineras)

Un paseo por la chopera

Protegida por San Just, abajo en el valle se encuentra la pequeña localidad de Valdeconejos.
Rodeada por tierras de labor, os propongo un corto paseo por la fresca chopera de este pueblo, ideal también si se va con niños. Esste paseo discurre por la hierba, a la sombra de los chopos, y como valor añadido nos va a permitir contemplar la convivencia entre los viejos corrales de ganado y los modernos molinos de viento situados en la loma.
El paseo acaba en un estrecho por el que, si no baja agua y queremos aventurarnos más, iremos a parar a otro río que, siguiendo su cauce, nos llevará hasta Las Parras de Martín.